miércoles, 8 de julio de 2009

ENTORNO POLÍTICO Y GERENCIA (Conceptos)


Gerenciar Estratégicamente en una Economía Politizada

A finales del siglo XX uno de los fenómenos fundamentales fue la creciente interpenetración de la empresa y la sociedad.

La empresa moderna es conducida por una necesidad de abrirse a realidades no económicas de la sociedad, mientras que la empresa tradicional permanecía concentrada en sus mercados.

Politización del Entorno de la Empresa

El entorno económico de la empresa ha tenido una fusión progresiva con el entorno socio-político y esto ha politizado fuertemente la economía desde hace aproximadamente 20 años.

Desde entonces 3 poderes se disputan el espacio social: el poder económico, que es esencialmente el de la empresa; el poder político, es decir, el de los estados y el poder social, que es aquel de los grupos de presión, hoy en día organizados frecuentemente.

La Fusión de los Entornos de la Empresa.

El entorno de la empresa se ha vuelto tan complejo y tan movedizo para poder ser descrito de manera inequívoca. Este entorno es hoy en día global, resulta de la fusión de dos entornos que por largo tiempo se han tenido separados: el entorno económico y el entorno socio-político. Cada uno de estos entornos está compuesto de actores que cumplen roles, los cuales las empresas deben tener en cuenta en sus decisiones de negocios. Se considera a estos actores “socios” de la empresa, aún cuando estos no hayan sido escogidos por ella.

El entorno económico es aquel de dos componentes del entorno global que es el más familiar a los círculos de negocios. Este comprende los socios esenciales a la empresa para el cumplimiento de sus funciones económicas como son: producir y vender.

El entorno socio-político es todo lo contrario, está definido en términos de poder social. Comprende los actores privados, públicos o colectivos que disponen de la capacidad de pesar sobre la decisión de la empresa con medios diferentes a aquellos puestos a su disposición por el mercado. Los medios de acción de este poder son varios y tienden a desarrollarse: leyes, reglamentación pública, órdenes judiciales, boycotts, contra-publicidad, campañas en los medios, etc.

El hecho de tomar en cuenta el entorno socio-político de la empresa en el análisis estratégico es relativamente reciente. Es el resultado de la lenta mutación social que las sociedades industrializadas han propiciado desde el principio de siglo con la expansión del sindicalismo, y que ha cobrado auge en el transcurso de los años de prosperidad que han seguido a la 2da guerra mundial.

Proceso Socio-Político

La empresa acostumbra a analizar la dinámica de su entorno económico, es por eso que da mucha importancia al estudio preventivo de factores económicos como los movimientos del mercado, la competencia o la tecnología. Raramente se ocupa de seguir y de prever la evolución de su entorno socio-político. Esta actuación expone a las empresas a riesgos múltiples, los cuales son no obstante evitables.

Definimos el entorno socio-político como el conjunto de mecanismos por medio de los cuales la sociedad circundante establece y hace respetar sus elecciones colectivas.

Es aquí que interviene la relación de expectativa social. Una expectativa social es un problema complejo de orden social, político o económico cuyo resultado puede tener consecuencias importantes sobre el modo de funcionamiento de la empresa.

El resultado de una expectativa social es incierto, ya que depende de la aplicación de las diferentes partes implicadas, enormemente termina por la amplitud de los intereses en juego y la relación de las fuerzas presentes.

Mercado y Vida Política

Dos tipos de argumentos explican el por qué los actores de la vida social y política buscan controlar el libre ejercicio de la función de la empresa.

El Primero es de orden económico: dejado sin competencia el mercado libre deriva generalmente en eficacia económica. El segundo es de orden ético, el mercado libre es incapaz él solo de asegurar el bienestar colectivo.

Expectativas Sociales de Fuente Económica

Una expectativa social es de fuente económica cuando se refiere al funcionamiento de ciertas reglas de juego económico, obrando en nombre del interés público en virtud de las leyes de habilitación. Es aquí que se sitúa la reglamentación y desreglamentación llamada económica.

La reglamentación está constituida por un conjunto de reglas impuestas por el estado a un sector económico específico. El estado durante muchos años ha limitado la competencia entre las industrias de servicios financieros, imponiéndoles una estructura de 4 sectores independientes designados “los cuatro pilares” (bancos, compañías de seguros, corredores de valores inmobiliarios y fiducias).

El proceso de desreglamentación es muy lento puesto que dura muchos años. Es implantado por etapas prudentes. Conoce los golpes bruscos, con fases frecuentes de incertidumbre, donde los intervinientes tienen el tiempo de afrontarse.

La des-separación está ligada a los caminos tortuosos de las reformas fiscales que los gobiernos introducen progresivamente en el momento de cada presupuesto.

El movimiento de desreglamentación de mercados no ha disminuido en el juego socio-político entre las empresas y el estado.

Expectativas Sociales de Fuente Socio-Política

Una expectativa social es de fuente socio-política cuando busca corregir la diferencia que existe entre el comportamiento no económico de la empresa y lo que la población espera de estas. Las expectativas buscan el logro de los objetivos sociales o políticos más que la reglamentación de condiciones de explotación de mercados.

Estas expectativas no resultan necesariamente de una falta de las empresas frente a sus obligaciones económicas o sociales, pueden provenir de la voluntad de la sociedad de utilizar las empresas como utensilios para la realización de ciertos objetivos colectivos.

El Caso de la Reglamentación Social.

La reglamentación social es el dominio entre la empresa y su entorno.

Esta tiene sobre la estrategia de la empresa una influencia más indirecta que directa. Aumenta los costos, limita la libertad de acción de los gastadores, etc. sus costos se hacen sentir pronto y concretamente, mientras que los beneficios tardan en venir y son difíciles de medir.

La reglamentación social se desarrolla en un período generalmente demasiado largo que puede extenderse por varios años.

Además esta no se beneficia frente a las empresas de la legitimidad de la cual goza la reglamentación económica, más técnica y limitada.

Implicaciones para el Estratega.

Cuando la vida económica se politiza acarrea 3 consecuencias:

  • El estratega debe concebir la empresa y su entorno como un conjunto de sistemas interpenetrados.

  • El estratega debe aprehender el entorno socio-político como una red de centros de poder interconectados cada socio de la empresas actúa en muchas esferas de la vida social y dispone de allí de cierto poder. Este poder es acumulativo.

  • El estratega debe comprender que el entorno socio-político esta abierto a múltiples interpretaciones por los actores que le dan un sentido haciendo referencia a múltiples perspectivas.

  • Hacia una Gestión Estratégica del Entorno Socio-Político

    Gerencia estratégicamente una empresa e un entorno politizado implica 3 tipos de ajustamientos, una renovación de la noción de desempeño de la empresa, un renovamiento de la noción de desempeño de la empresa y las adaptaciones organizacionales.

    Una Concepción Nueva del Desempeño de la Empresa.

    El éxito de una estrategia es tradicionalmente evaluado por los resultados financieros. La compañía es igualmente evaluada por sus clientes. Estos análisis se han vuelto insuficientes. La compañía situada en el seno de un entorno socio-político turbulento deberá habituarse a ampliar la concepción tradicional que tiene de su desempeño en al menos dos direcciones. La proliferación de centros de poder social ha multiplicado a la vez al número de evaluadores y la variedad de criterios sobre los cuales la empresa es evaluada. La noción de los resultados se ha vuelto también multidimencional. Incluye a la vez elementos de eficacia económica y elementos éticos.

    En segundo lugar los resultados de la empresa aún en su concepción más amplia no son más que el único criterio de evaluación. La compañía es hoy eb día igualmente evaluada por sus modos de operación.

    Una Ampliación de la Noción de Estrategia.

    Una estrategia es todo plan de acción que permite a una empresa posicionarse en el seno de un entorno dado.

    Frente al entorno socio-político, la noción clásica de estrategia debe ser ampliada. Más allá de los dos niveles estratégicos habituales, el de las estrategias competitivas propias de cada pareja producto-mercado y el de la estrategia de la empresa; la empresa debe darse un tercer nivel estratégico, el de la estrategia social. En este nivel, la empresa busca responder la pregunta ¿Qué clase de empresa desearíamos ser?. En práctica esta última pregunta oculta una multitud de interrogantes: ¿Qué rol desearíamos jugar en la sociedad? ¿Qué tipo de liderato desearíamos?, etc.

    Ajustes Organizacionales.

    La determinación de una estrategia socio-política consecuente requerirá igualmente de ajustes en las estructuras y los sistemas de gestión de la empresa, lo mismo que en las aptitudes de sus gestionadores.

    Sobre el plano estructural, la empresa deberá dotarse de una función integrada de los asuntos públicos. Esta función tendrá por rol asegurar el lazo en dos sentidos entre la empresa y su entorno socio-político.